Una vez más conmemoramos el Día mundial de la Libertad de expresión (es el 3 de Mayo de cada año conforme resolución 48/432, aprobada por la sesión plenaria número ochenta y cinco de la Asamblea General de la ONU, realizada el 20 de diciembre de 1993) invitando a dos profesionales de la comunicación de excelencia como Natalia Zuazo y Santiago O'Donnell para tratar un tema de sumo interés y actualidad. El objetivo fue reflexionar e intercambiar opiniones acerca del alcance que ha tenido la filtración de Edward Snowden asilado en Rusia por revelar que la Agencia de Seguridad de EEUU espía a todos nosotros en el uso de mails, buscadores, aplicaciones en el celu, etc. De la vigilancia no escapan los abogados, médicos y por supuesto los periodistas.
La información fue difundida por el periódico inglés The Guardian en 2013 pero la mayoría de los documentos de Snowden nunca se dieron a conocer.
Las
dudas iniciales que se expusieron sobre este tema fueron: ¿En qué
consiste el secreto periodístico? Con el empleo de las nuevas tecnologías,
¿Está preservada la identidad de la fuente periodística? ¿El uso de las redes
sociales, comunicaciones electrónicas o móviles de parte del periodista puede
llegar a estar bajo vigilancia gubernamental o privada? De ser así, ¿cómo
debería actuar el periodista para ejercer su profesión sin poner en peligro a su fuente?
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